Nelly (Meritxell Ferrer)
Hace dos años pase una etapa muy complicada debido a que dos de mis cinco hermanas, Mary y Elisabeth murieron. Sin embargo, ahora que faltan dos meses para que cumpla nueve años, las cosas han cambiado radicalmente respecto a esa etapa, que ya ha quedado en un rincón de mi memoria. Vivo con mi tía, que es soltera, y con mi Padre, Patrick Bronte, que actualmente es sacerdote. Mi padre es un hombre con mucha imaginación y le gusta transmitirme su carácter, por este motivo siempre que puede me trae libros divertidos para leer y juega y hace manualidades conmigo. De esta manera, evadimos la aridez del ambiente y de las influencias de la época en la que vivimos.
Cathy (Anna)
Ya hace unas semanas que he vuelto a Inglaterra. Después de la muerte de tía Elisabeth, me voy a quedar aquí para siempre y jamás volveré a la terrible ciudad de Bruselas. No podía soportar ese lugar, esa escuela y su repugnante y antipático director. Además, me enamoré de un hombre casado, y eso también me hizo odiar ese lugar. Ahora tengo que administrar a la familia. Pero todos estos pequeños problemas, ahora mismo no son de mi mayor preocupación. En estos momentos lo único que me preocupa es mi hermano Branwell. Está muy débil desde hace ya un tiempo. Ha aumentado hasta los extremos su adicción al alcohol y se ha vuelto un hombre insoportable. El pobre chico se ha rendido ante los conflictos que la vida le ha presentado. Ya no se qué más puedo hacer por él. Ha fracasado en todo aquello que le gustaba o era lo único que tenía. Ha fracasado en la pintura, ha sido despedido del empleo que había logrado en las oficinas del ferrocarril… y se ha convertido en mi cruz. Para liberarme de todas estas desgracias, escribo, y es por eso que últimamente he estado elaborando la mayoría de mis poemas y he desarrollado gran parte de mi novela Cumbres Borrascosas. Ya no sé qué más puedo hacer, ni de su vida, ni de la mía.
Isabella (Susana)
20 de Diciembre de 1847.
¿Rudo, salvaje, inadecuado? No soy igual que los otros escritores, mi estilo se aparta por completo del imperante de esta dichosa época. No es justo que las personas critiquen y machaquen hasta hacer caer a otras. Me siento desfallecer, como Catherine en el momento en que se quedó a fuera esperándole. Pero a mí no me duele el corazón de amor sino de orgullo quebrantado. Aún recuerdo el día que en medio de una noche tormentosa me levanté sonriendo al verme iluminada con un torrente de ideas respecto a mi futura brillante creación literaria. Esta sería real, con tremendas llamas de pasión, dura y con manca de sensibilidad aunque preciosa y con mucha personalidad. Este tipo de escritura era algo arriesgado pero decidí correr el riesgo por lo que realmente era mío, mi idea. Tardé ocho largos meses para poner el punto y final a mi obra literaria pero lo logré. Aun recuerdo la alegría de decir: “¡He acabado Cumbres Borrascosas!” Pero mi sueño acabó pronto, justamente el día de su edición, hoy mismo. Hoy mi libro ha sido criticado y expuesto a todo tipo de comentarios rudos sobre la naturaleza de mis personajes y sus reacciones frente a las situaciones que se les presentan dentro del argumento de la novela. Yo, como viva imagen de Catherine Linton pienso perseverar y conseguir lo que realmente anhelo hacer realidad. Sé que mientras mis hermanas se han ido haciendo famosas con sus obras yo me he ido hundiendo dentro de mi misma a causa de la no aceptación de mi libro pero perseveraré, porque sé que algún día mi libro va a ser leído por millones de personas y será con buen gusto aceptado. Llegará el día en que incluso chicos y chicas lo lean y lo analicen y emprendan trabajos sobre él. Y ese día, aunque yo ahora lo divise lejos, llegará. Y tengo el presentimiento que por cada lágrima que en este momento derrame, estas mismas formaran parte de las que caerán de los rostros de las personas que futuramente lean Cumbre Borrascosas y me vean a mi como a una innovadora escritora de la época victoriana de medianos del siglo XIX.
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